jueves, 26 de diciembre de 2013


 

FELIZ NAVIDAD 2013

Esta noche mientras no dormía, he estado repasando lo que fue mi vida, en estas fechas, pasadas en Vegamian,( así se llamaba el pueblo donde nací y me crie) meditando hice un resumen de todo lo bueno que viví en mi niñez y pubertad, quiero compartir con vosotros (mis amigos) lo que siento, que fue una vida interior rica en valores, y doy gracias a Dios por tantas cosas buenas que me dio.

Con el mes de Diciembre, se cierra un ciclo mas de nuestra vida, es un mes frio y desapacible y el hielo y la nieve que lo acompaña da un aspecto nuevo a la naturaleza, pero es cálido en los sentimientos. Diciembre también es un mes de de grandes e importantes acontecimientos, se inician con la fiesta de la Inmaculada, la madre de Jesús y por eso se celebraba el día de todas las madres, que con gran ilusión la hacía una postal escrita y dibujada por mí en un simple papel, ni siquiera era una cartulina que pareciera más presentable, eso era todo lo que la podía regalar que ella lo hacía más importante al recibirla con tanto amor. Se celebraba con mucho jubilo y cantos a la Virgen en la iglesia, y en casa se hacia un comida un poco especial, no eran grandes manjares pero eran “cuchiflitos” como le llamábamos en mi casa, a las croqueta, pastel de patata, natillas, arroz con leche, flan, y sobre todo no faltaban las castañas que unas veces asadas y otras cocidas las comíamos de postre casi todos los días, todo sencillo pero hecho con mucho amor.

Empezaba el tiempo de Adviento que llegaba como una brisa fresca y alegre anunciando que pronto llegaba la Navidad, tiempo en que nacerá el Niño Jesús. Nuestra tradición era preparar el Belén, mi padre nos traía cortezas de árbol para el portal y musgo que encontraba en nuestros húmedos campos y alguna rama de acebo con sus frutos rojos que tanto adornaban, recuerdo como ponía las familias de los animales que cada especie venían en su cajita, las ovejas, las gallinas, las vacas, los cerdos, los patos.

También la naturaleza en este tiempo se cubre de encaje y puntillas bordadas de hielo y de un manto blanco y suave de la nieve que hace deseable permanecer en casa al calor del hogar y de la familia.

El día de Noche Buena, día del Nacimiento de Jesús, lo viví con alegría y gozo, era una noche mágica que empezaba con la preparación de la cena, y comíamos todos juntos alrededor de la mesa camilla llena de cosas ricas y el postre eran turrones y polvorones y cantando villancicos, el broche final era asistir a la Misa Del Gallo donde grandes y pequeños íbamos en familia, todos en fila por las veredas que se hacían por la nieve y con el resplandor de ella y la luna nos alumbraban el camino para llegar a la iglesia, hacia mucho frio pero teníamos el corazón caliente. Todo el pueblo era un solo coro para cantar villancicos, a la salida hacíamos pelotas de nieve que nos tirábamos unos a otros, al llegar a casa nos tomábamos una taza de humeante y rico chocolate y nos disponíamos a dormir, con el deber cumplido de un buen cristiano.

Deseo a todos y a cada uno, que estas Navidades sean de reencuentro, de perdón, de amor, que la comprensión supere a las desavenencias y os doy los gracias por la amistad que me dais, por el delicado trato, y el afecto cálido que tenéis con migo, por dejarme ser tu amiga, y alguno por ser mi confidente, siempre que necesitéis ayuda encontrareis en mi la palabra de una amiga.

EN ESTE NAVIDAD QUE SE AVECINA

TE REGALO UNA SONRISA

TE REGALO MI AMISTAD

CON CARIÑO   MARISOL GARCIA

domingo, 31 de marzo de 2013


Estas dos imagenes son del pueblo de Vegamian como era antes un valle verde y frondoso y lleno de vida.
Y la otra como quedo después de unos años debajo del agua,lleno de lodo y muerto, se ve la señal donde llego el agua que se corto la vida. Ahora esta cubierto de agua como se ve en las fotos que puse anteriormente. Cuando las miro no dejo de recordar lo que fue un pasado feliz , y la tristeza que vino después. Haste el final de mis dias te recordare VEGAMIAN


               LA VELETA DE TORRE DE VEGAMIAN

La función de la veleta era la de marcar la dirección del viento, y estaban normalmente en las torres o espadañas de las iglesias, tenían distintas formas, pero yo voy a hablar de la “nuestra “la de Vegamian, esta estaba formada por una pieza metálica en forma de cruz y con una flecha y encima un gallo, este también de hierro y sus formas eran toscas y desgarbado. Cuanta historia pasaría por esta veleta, después de tantos años en lo alto de la torre de nuestra iglesia, era una figura que significaba, la vigilancia permanente, de gran tenacidad y resistencia en la pelea, y gran protector de su gallinero.

La historia dice, que esta figura del gallo, era el mejor símbolo del cristianismo, siendo el emblema de S.Pedro por lo que se empezaría a poner en las espadañas y torres de las iglesias, como representante de vigilancia y protección del clero sobre el pueblo. En nuestros pueblos de la montaña y de León esta figura predomina en casi todas.

También esta figura del gallo está en la torre de la colegiata de S.Isidoro de León y está considerada como la veleta más antigua existente y procede “probablemente” de la Persia Sasanica.

Nuestra veleta a través de su larga existencia, fue testigo de infinidad de historias y celebraciones, por debajo de ella pasaron procesiones, bautizos, bodas, comuniones, entierros y  conoció a miles de gente de muchas generaciones que acudían a los actos religiosos diariamente, todo el que pasaba no se le escapaba a su mirada. También fue testigo de  luchas y guerras, no se sabe cuántas a través de su historia.

Soporto las inclemencias del tiempo y en los largos y fríos inviernos fue testigo de grandes nevadas, con su silueta erguida era como si quisiera con su canto ahuyentar los malos espíritus y las tormentas que se acercaban haciendo de su cuerpo un pararrayos. Su cuerpo se desplazaba según la dirección del viento mostrándonos de donde venia, provablente fue uno de los primeros instrumentos meteorológico que se uso.

Nuestra veleta también vio como el pueblo se quedo vacio sin sus habitantes obligados a salir de el con gran tristeza, por sus calles ya no había vida, ni siquiera animales corriendo por ellas, vio como en la lejanía se iba formando un lago, que poco apoco se fue acercando hasta llegar a la puerta de su iglesia y que subiendo por sus paredes, cada día mas arriba, hasta llegar a su espadaña, siendo su figura la única que se veía en el centro del gran lago, hasta que se cubrió del todo. No se sabe cuándo, pero con la fuerza del agua y la torre que estaba algo inclinada se desprendió la punta de ella cayendo al fondo en un lecho de lodo.

Después de unos años y para reforzar el muro fue secado el pantano y Vegamian surgió  de entre las aguas y cubierto de lodo, esto no fue impedimento para que sus habitantes volvieran a recorre sus calles y ver con pena y cierta alegría y nostalgia sus casas, en este recorrido un vecino encontró la veleta dentro del lodo cuarteado y seco y rescatándola de él la llevo  a su casa, no es un gallo bonito ni atractivo,  pero fue testigo de la historia de nuestro pueblo.

 
Esta es la ermita de S.Antonio de Vegamian con la peña del Susaron nevado al fondo ,su espadaña es muy pequeña con una sola campana, que todo el pueblo reconocía, sobretodo cuando tocaba para la novena, que agradable paseo por la noche con el croar de las ranas que nos acompañaban  como queriéndonos anunciar con su alegria la próxima fiestas del Santo patrón .
Esta es la torre o espadaña de la iglesia de Vegamian testigo desde tiempos inmemorables del paso de sus vecinos, y de tantas celebraciones, tristes y alegres, Esta un poco inclinada, pero muy fuerte que soporto tantos años las inclemencias del tiempo, y su final debajo del agua sigue en pie, solo se callo la punta, lo que le sigue es lo que se ve en algunos fotos de este mes de Noviembre del 2012.

CAMPANAS Y CAMPANARIOS

Los campanarios, son geralmente las torres que albergan las campanas, estos las  protegen de la intemperie, y  otras como la de Vegamian son espadañas. Por su altura lanzan bien su sonido hasta las nubes y las montañas.

Los campanarios dan cierta esbeltez ,  personalidad, y belleza a las iglesias, viéndoles destacar desde la lejanía. Son testigos de piedra  de la historia , que hasta los pueblos y aldeas, pequeñas, humildes, y sencillas se alzan en sus pequeñas iglesias.

En las ciudades las campanas tienen menos protagonismo que en los pueblos, su sonido se mitega con el ruido de la circulación, las obras, y la agitación de las gentes.

En los pueblos su sonido  se escucha en todo el valle, rompiendo el silencio que en todos hay,  con su sonido  también transmiten un mensaje , a lo largo de la vida todos aprenden , en cada momento lo que las campanas  con su repicar les quieren decir, cuando tocan a difuntos, a rebato,  a acendera, si es un bautizo, o boda, el dia del patrón del pueblo, cuando sale la procesión, a la misa de los domingos,  a  resurrecion. Tambien se tocaban a la hora del Angelus y los labradores no necesitaban  relog, el toque de las campanas  les orientaban  la hora de ir a comer, y además  se tenia la costumbre de dejar un momente la faena que se estaba haciendo para rezar.

Las tocaban a mano subiéndose  al campanario, era un arte que aprendian los “mozos” desde muy jovencitos, ahora se tocan en la mayoria de las iglesias con electricidad.

Solo se callaban en la Semana Santa, que las reemplazaban las carracas y el carracón que  lo  llevaban  entre dos personas por las calles del pueblo avisando a los vecinos que empezaba la misa o los oficios, terminando este silencio la noche del Sabado Santo, que con gran juvilo pregonaban a los vientos la Resurrecion de Jesus .

La iglesia de Vegamian tenia dos campanas  y se subia ala torre para tocarlas a mano , por medio de una escalera de caracol  muy oscura por cierto, hasta llegar cerca de ellas que se terminaba por otra mas pequeña a la intemperie y hasta una plataforma de madera , que un “ mozo” o varios,  las tocaban con las dos manos con gran destreza .

La ermita de S.Antonio  solo tenia una, esta era mas pequeña y su sonido era totalmente distinto, que todo el pueblo sabia distinguir sin necesidad de preguntar donde se celebraba la misa, o el rosario, a novena.  A esta se la tocaba desde abajo por medio de una cadena.
Esta peña es la de la Vega en sus faldas también tenian mis padres una finca y recuerdo que en el otoño cojia andrinos para mi tío Casiano P.Agustino que residía en Madrid y se los mandaba por correo en una caja de zapatos, el me lo agradecía mucho. En el estrecho de las dos montañas había un salón de baile donde todos los domingos nos reuníamos la juventud de varios pueblos a bailar, se llamaban las Cuevas, por unas cuevas que había cerca donde curaban el queso famoso de Armada.
Esta se llama la peña del Estabiello, es muy querida para mi parece una isla pero en laza por detrás con la de Campillo, parte de donde están los arboles era una finca de mis padres y me mandaban de jovencita con las vacas, cosa que no me gustaba nada, por que estaba alejada del pueblo y solitaria con lo cual pasaba bastante miedo, avia cuevas y frecuente mente se veían zorros, no tenia arboles solo zarzas y arbustos, estos que están ahora salieron con las semillas que el agua deposito en ella. Como digo es querida por mi,  solo por los recuerdos que cuando la veo brotan a borbotones en mi mente, situaciones y vivencias que en ella pase,  y tambien pensar que un día muy lejano era propiedad de mis padres, al mismo tiempo heredada por los suyos .
Esta es la peña de la Orqueta es un día gris y después de la lluvia sale el arco iris. Lo que se ve en el centro no es una barca ni un objeto flotante, es la torre de nuestra iglesia que después de mucho tiempo y el oleaje de las aguas, puedio la punta de su campanario, y es como si se quisiera asomar para decirnos, aquí sigo perenne y me resisto a derrumbarme por que yo fui testigo de la historia del pueblo de Vegamian y que las nuevas generaciones me recuerden y no me olviden.
Estos dos paisajes son algunas de mis montañas uno es un cuadro que me pinto mi sobrino Juan Jesús cuando Vegamian existía y es el río Porma desde el puente y al fondo la peña del Susaron, este otro es el muro y son las peñas del valle de Ferreras, como se ve el agua es un espejo donde se miran , altivas y orgullosas.

lunes, 14 de enero de 2013


                              EL PAISAJE DE MIS MONTAÑAS                                      

Cuando visita uno estas montañas, en los valles es donde la vegetación es más fecunda y el agua de las fuentes y arroyos le hace ser el alma del paisaje, formándose los bosques con robles, hayas, acebos, avellanos… entre otros, en algunos casos se hacen tan tupidos que son impenetrables. De todos los arboles de la montaña, el que es mi preferido es el acebo, que cuya tala está rigurosamente prohibido, lo considero muy nuestro y me recuerda a Pardomino donde hay muchos, la última vez que subí a la Cachana (ya hace tiempo) los había a la orilla del camino y brotando pequeñitos a su alrededor, sus bayas rojas son la comida del urogallo en invierno, también de estos hay pocos.

Los montes están tupidos de piornos, escobas, madreselvas, zarzamoras, rosales silvestres, majuetos,  y muchas herbáceas, que más abajo dan paso a las praderas y pastizales, con gran variedad de hierba que será segada para alimento de los animales en invierno.

De la flora menuda ya ni lo cuento porque es tan extensa que necesitaría un manual de botánica.

Hacia arriba la tierra es pobre y con rocas, y en ella se aferran como pueden otra variedad de plantas, entre ellas arándano y brecinas menudeando cuando esta cerca la roca desnuda que desaparecen, esta es la antesala de las peñas altas y encrespadas, que tienen ese color blanco agrisado como la ceniza de la leña.

Los veranos aquí es un privilegio, es una primavera permanente, siempre con flores, las praderas verdes, la vegetación frondosa, y un murmullo de gente que atiende las labores del campo, animales que pacen, y pájaros que cantan y van de un lado para otro, dando movimiento y vida al paisaje.

 En el otoño en la montaña se convierte en un espectáculo para la vista, con sus colores tostados, amarillos, anaranjados, y el verde de los arboles de hoja perenne, estos son los únicos que parece que quedan con vida durante el invierno, y por encima de esta paleta de color el gris de las montañas.

Pero cuando el invierno se presenta, lo hace sin titubear cubriendo de blanco las peñas de una copiosa nevada, es el primer aviso que no tardando la nieve cubrirá los bosque y praderas y finalmente las calles y las casas de los pueblos, llegando la época del frio, del descanso forzado, de los días monótonos y noches largas, y silenciosas, que solo se oye de vez en cuando el ladrido de algún perro. Así es como yo lo recuerdo, pero ahora no es así, las nevadas son más pequeñas y espaciosas y la gente se distrae yendo a los bares o viendo lo televisión en su casa y están comunicados en todo momento no impidiéndoles usar su coche, los medios de comunicación son muy buenos, tienen teléfono, ordenador, y todas las comodidades que tenemos en la capital.

Pero no quiero olvidar que se perdió el encanto de los hilorios en estas noches largas de invierno, el contacto y la comunicación con los vecinos los cuentos y las historias que en ellos se contaban, las viandas que se compartían, y los juegos de cartas, mientras las mujeres hilaban y tejían.

Es algo de tantas cosas que se perdió con el progreso.

La montaña as muy generosa con sus habitantes, les proporciona, piedra para edificar sus casas, madera de sus bosques para formar los tejados de estas, y leña para el fuego haciendo estas agradables contra el frio, hoja y hierba para sus animales, tierra fértil para labrarla, caza y pesca cuando lo permiten y a quien le guste, y sobretodo disfrutar de la magnífica naturaleza.

Así es como yo lo tengo en mi memoria.

Marysol García

 

    

 

                                                              LAS MONTAÑAS DE VEGAMIAN ( 2 )


Tengo que aclarar que pongo el numero 2 porque ya Augusto Reyero, escribió magníficamente sobre ellas, yo no me voy a expresar tan bien como él lo ha hecho, pero si hacerlo a mi manera, como yo las vi siempre y como las recuerdo ahora.

Recuerdo que siempre me impresionaron, aunque ahora que conozco otras reconozco que no son tan altas, pero entonces las veía majestuosas e inalcanzables. Vegamian estaba rodeado de ellas, y por cualquier lado que miraras teníamos maravillosos y pintorescos paisajes, materia prima para un pintor que quisiera plasmarlos en su lienzo, seguro que sería difícil de elegir cual sería más bonito.

Allí también se las llamaba “peñas “  y como ya digo Vegamian estaba rodeada de ellas y de montes, que hacía que el pueblo y sus alrededores fuera una amplísima vega, resguardada por todas ellas, estrechándose tanto a la entrada como a la salida con dos de ellas, como si quisieran resguardarnos y protegernos del frio y las tormentas, algunas veces nuestros mayores así  nos lo decían, cuando alguna tormenta se acercaba , recuerdo que eran bastante peligrosas y muy ruidosas, su furia era tan grande que en las casas se encendía una vela y de rezaba a S.Barbara .

Al Norte  y dominando el paisaje, está el Susaron, tiene forma de pirámide y su terminación en pico parece que el cielo se une con él. En cierto modo marca el clima, si está libre de nubes el tiempo es espléndido, si se le ponen unas nubes en forma de “boina” ya te puedes abrigar porque aunque sea verano el “cierzo” que así se llama, lo rodea y frio seguro, si está cubierto de nubes o niebla que apenas se ve presagia una nevada, no tardando en caer los primeros copos. Siempre me atraía esta montaña, decían que desde la cima se veía la catedral de León  y unos paisajes nunca vistos desde otro lugar. Hace muchos años me propusieron unos familiares subir a la cima y para mí fue la oportunidad de cumplir mi sueño inalcanzable, con la curiosidad, el empeño y mucho esfuerzo y cansancio, llegue a la cumbre y aunque no vi la catedral, si vi las diferentes montañas que existen alrededor y en la lejanía que  mis ojos jamás volverán a ver, para mí fue una satisfacción muy grade, todo era grandioso y al mismo tiempo los pueblos, pequeños, los rebecos que allí había  nos miraban con curiosidad y desconfianza,  fue tan grande el esfuerzo que dije, una y no mas ,misión cumplida y para siempre. Tengo que aclarar, que el Susarón no es de Vegamian, pero si forma parte del paisaje, esto lo digo por si alguno de Lillo se siente ofendido.

En las faldas del Susarón esta Barbadillo y Utrero y la peña de la Ferradura y al otro lado y casi tocándose están las “Cuevas” y la peña de la Vega, esta tiene dos nombres, pues la cara que da a Armada se llama la peña de Armada o Sola peña. Esta peña no supe que le subiera nadie, no era atrayente, tenía unos cortes empinados y sobresalientes  que solo subían algunas cabras con el peligro de despeñarse, yo la veía misteriosa, terminaba a la orilla del rio y en esta parte había unas cuevas que yo entre en una de ellas y se veía al fondo el rio, el desconocimiento y la imprudencia me hicieron ir, pero pase tal miedo que lo recordé siempre como algo tenebroso y muy peligroso y jamás volví a intentarlo. Según decía Agustín, en el contorno de esta peña siempre salía el arco iris. En sus faldas había tierras pobres, con muchas rocas y zarzas con matojos de andrines que en otoño era un deleite cogerlos, junto con las moras y los garametos.

Al Este está el Peñaruelo (la Cruz de Lodares) y seguido la peña del Cueto o la Cruz, por la Cruz de madera que en algún tiempo pusieron los vecino de Vegamian . Esta era la mas accesible, por lo tanto, la más visitada, pasaba el rebaño de ovejas desde Tejedo cuando se iba a Pardomino por el monte San Pedro y había en el alto una cueva que la llamábamos El forno de la vieja, una leyendo que a todos los niños nos contaban que amasaba pan y se lo daba a los pastores, y lo que les sobraba nos lo traian a los niños, era algo fantástico y pensábamos que era una bruja pero de las buena. En esta peña todos los veranos hacíamos excursiones para coger te y oregano y en su ladera muchas veces me toco ir con los corderos. Terminaba a la orilla del rio hoy esta taladrada por el túnel que sale al mirador de Vegamian .

 En frente está la peña del Estaviello, esta es pequeña y fácil de subir , estas dos cerraban el valle de Vegamian juntándose mucho entre ellas, las separaba el rio y la carretera y 1 o 2 fincas. Esta continuaba con la de Campillo.

Por último y al Oeste estaba la de la Forqueta u Horqueta, se llama así por su enigmática hendidura, que en los atardeceres se colaban los últimos rayos del sol antes de desaparecer, era como un reloj para los que pastoreaban  el ganado y trabajaban en el campo, cuando veían que el sol se escondía tras la hendidura, era la hora de ir para casa. En sus faldas como dando cobijo, estaban los pueblos de Valdehuesa  Rucayo y Quintanilla.

Aquí termino la visión de mis montañas, las que siempre vi cuando vivía allí y las veo ahora siempre que puedo visitar aquellos parajes.

MARYSOL GARCIA