Te invito a reunirnos en el "Hilorio" para compartir recuerdos e historias, desgranándolas una a una al compás del vaivén de la rueca y el acompasado girar del huso hilando esa ancestral lana, ven a mi "Hilorio", te espero.
domingo, 31 de marzo de 2013
Estas dos imagenes son del pueblo de Vegamian como era antes un valle verde y frondoso y lleno de vida.
Y la otra como quedo después de unos años debajo del agua,lleno de lodo y muerto, se ve la señal donde llego el agua que se corto la vida. Ahora esta cubierto de agua como se ve en las fotos que puse anteriormente. Cuando las miro no dejo de recordar lo que fue un pasado feliz , y la tristeza que vino después. Haste el final de mis dias te recordare VEGAMIAN
LA VELETA DE TORRE DE VEGAMIAN
La función de la veleta era la de
marcar la dirección del viento, y estaban normalmente en las torres o espadañas
de las iglesias, tenían distintas formas, pero yo voy a hablar de la “nuestra
“la de Vegamian, esta estaba formada por una pieza metálica en forma de cruz y
con una flecha y encima un gallo, este también de hierro y sus formas eran
toscas y desgarbado. Cuanta historia pasaría por esta veleta, después de tantos
años en lo alto de la torre de nuestra iglesia, era una figura que significaba,
la vigilancia permanente, de gran tenacidad y resistencia en la pelea, y gran
protector de su gallinero.
La historia dice, que esta figura
del gallo, era el mejor símbolo del cristianismo, siendo el emblema de S.Pedro
por lo que se empezaría a poner en las espadañas y torres de las iglesias, como
representante de vigilancia y protección del clero sobre el pueblo. En nuestros
pueblos de la montaña y de León esta figura predomina en casi todas.
También esta figura del gallo está
en la torre de la colegiata de S.Isidoro de León y está considerada como la
veleta más antigua existente y procede “probablemente” de la Persia Sasanica.
Nuestra veleta a través de su
larga existencia, fue testigo de infinidad de historias y celebraciones, por
debajo de ella pasaron procesiones, bautizos, bodas, comuniones, entierros
y conoció a miles de gente de muchas
generaciones que acudían a los actos religiosos diariamente, todo el que pasaba
no se le escapaba a su mirada. También fue testigo de luchas y guerras, no se sabe cuántas a través
de su historia.
Soporto las inclemencias del
tiempo y en los largos y fríos inviernos fue testigo de grandes nevadas, con su
silueta erguida era como si quisiera con su canto ahuyentar los malos espíritus
y las tormentas que se acercaban haciendo de su cuerpo un pararrayos. Su cuerpo
se desplazaba según la dirección del viento mostrándonos de donde venia,
provablente fue uno de los primeros instrumentos meteorológico que se uso.
Nuestra veleta también vio como el
pueblo se quedo vacio sin sus habitantes obligados a salir de el con gran
tristeza, por sus calles ya no había vida, ni siquiera animales corriendo por
ellas, vio como en la lejanía se iba formando un lago, que poco apoco se fue
acercando hasta llegar a la puerta de su iglesia y que subiendo por sus paredes,
cada día mas arriba, hasta llegar a su espadaña, siendo su figura la única que
se veía en el centro del gran lago, hasta que se cubrió del todo. No se sabe
cuándo, pero con la fuerza del agua y la torre que estaba algo inclinada se
desprendió la punta de ella cayendo al fondo en un lecho de lodo.
Después de unos años y para
reforzar el muro fue secado el pantano y Vegamian surgió de entre las aguas y cubierto de lodo, esto
no fue impedimento para que sus habitantes volvieran a recorre sus calles y ver
con pena y cierta alegría y nostalgia sus casas, en este recorrido un vecino
encontró la veleta dentro del lodo cuarteado y seco y rescatándola de él la
llevo a su casa, no es un gallo bonito ni
atractivo, pero fue testigo de la
historia de nuestro pueblo.
Esta es la ermita de S.Antonio de Vegamian con la peña del Susaron nevado al fondo ,su espadaña es muy pequeña con una sola campana, que todo el pueblo reconocía, sobretodo cuando tocaba para la novena, que agradable paseo por la noche con el croar de las ranas que nos acompañaban como queriéndonos anunciar con su alegria la próxima fiestas del Santo patrón .
Esta es la torre o espadaña de la iglesia de Vegamian testigo desde tiempos inmemorables del paso de sus vecinos, y de tantas celebraciones, tristes y alegres, Esta un poco inclinada, pero muy fuerte que soporto tantos años las inclemencias del tiempo, y su final debajo del agua sigue en pie, solo se callo la punta, lo que le sigue es lo que se ve en algunos fotos de este mes de Noviembre del 2012.
CAMPANAS Y CAMPANARIOS
Los
campanarios, son geralmente las torres que albergan las campanas, estos
las protegen de la intemperie, y otras como la de Vegamian son espadañas. Por
su altura lanzan bien su sonido hasta las nubes y las montañas.
Los campanarios
dan cierta esbeltez , personalidad, y
belleza a las iglesias, viéndoles destacar desde la lejanía. Son testigos de
piedra de la historia , que hasta los
pueblos y aldeas, pequeñas, humildes, y sencillas se alzan en sus pequeñas
iglesias.
En las
ciudades las campanas tienen menos protagonismo que en los pueblos, su sonido
se mitega con el ruido de la circulación, las obras, y la agitación de las
gentes.
En los
pueblos su sonido se escucha en todo el
valle, rompiendo el silencio que en todos hay,
con su sonido también transmiten
un mensaje , a lo largo de la vida todos aprenden , en cada momento lo que las
campanas con su repicar les quieren
decir, cuando tocan a difuntos, a rebato,
a acendera, si es un bautizo, o boda, el dia del patrón del pueblo,
cuando sale la procesión, a la misa de los domingos, a
resurrecion. Tambien se tocaban a la hora del Angelus y los labradores
no necesitaban relog, el toque de las
campanas les orientaban la hora de ir a comer, y además se tenia la costumbre de dejar un momente la
faena que se estaba haciendo para rezar.
Las tocaban
a mano subiéndose al campanario, era un
arte que aprendian los “mozos” desde muy jovencitos, ahora se tocan en la
mayoria de las iglesias con electricidad.
Solo se
callaban en la Semana Santa, que las reemplazaban las carracas y el carracón
que lo
llevaban entre dos personas por
las calles del pueblo avisando a los vecinos que empezaba la misa o los
oficios, terminando este silencio la noche del Sabado Santo, que con gran juvilo
pregonaban a los vientos la Resurrecion de Jesus .
La iglesia
de Vegamian tenia dos campanas y se
subia ala torre para tocarlas a mano , por medio de una escalera de
caracol muy oscura por cierto, hasta
llegar cerca de ellas que se terminaba por otra mas pequeña a la intemperie y
hasta una plataforma de madera , que un “ mozo” o varios, las tocaban con las dos manos con gran
destreza .
La ermita de
S.Antonio solo tenia una, esta era mas
pequeña y su sonido era totalmente distinto, que todo el pueblo sabia
distinguir sin necesidad de preguntar donde se celebraba la misa, o el rosario,
a novena. A esta se la tocaba desde
abajo por medio de una cadena.
Esta peña es la de la Vega en sus faldas también tenian mis padres una finca y recuerdo que en el otoño cojia andrinos para mi tío Casiano P.Agustino que residía en Madrid y se los mandaba por correo en una caja de zapatos, el me lo agradecía mucho. En el estrecho de las dos montañas había un salón de baile donde todos los domingos nos reuníamos la juventud de varios pueblos a bailar, se llamaban las Cuevas, por unas cuevas que había cerca donde curaban el queso famoso de Armada.
Esta se llama la peña del Estabiello, es muy querida para mi parece una isla pero en laza por detrás con la de Campillo, parte de donde están los arboles era una finca de mis padres y me mandaban de jovencita con las vacas, cosa que no me gustaba nada, por que estaba alejada del pueblo y solitaria con lo cual pasaba bastante miedo, avia cuevas y frecuente mente se veían zorros, no tenia arboles solo zarzas y arbustos, estos que están ahora salieron con las semillas que el agua deposito en ella. Como digo es querida por mi, solo por los recuerdos que cuando la veo brotan a borbotones en mi mente, situaciones y vivencias que en ella pase, y tambien pensar que un día muy lejano era propiedad de mis padres, al mismo tiempo heredada por los suyos .
Esta es la peña de la Orqueta es un día gris y después de la lluvia sale el arco iris. Lo que se ve en el centro no es una barca ni un objeto flotante, es la torre de nuestra iglesia que después de mucho tiempo y el oleaje de las aguas, puedio la punta de su campanario, y es como si se quisiera asomar para decirnos, aquí sigo perenne y me resisto a derrumbarme por que yo fui testigo de la historia del pueblo de Vegamian y que las nuevas generaciones me recuerden y no me olviden.
Estos dos paisajes son algunas de mis montañas uno es un cuadro que me pinto mi sobrino Juan Jesús cuando Vegamian existía y es el río Porma desde el puente y al fondo la peña del Susaron, este otro es el muro y son las peñas del valle de Ferreras, como se ve el agua es un espejo donde se miran , altivas y orgullosas.
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